Creo que todo el mundo tiene
anécdotas muy curiosas sobre el tema de las visitas tanto dentro como fuera del
hospital (porque a no ser que tengáis pensado dar a luz en la luna, seguro que
alguien viene a visitaros).
Así que, os dejo con el apóstrofe Nº
1 de las visitas (o lo que debería de ser bajo mi punto de vista): la conducta
empática. Veamos pues, la definición que nos ofrece la Wikipedia:
Empatía
La empatía del griego ἐμπαθής ("emocionado") es
la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo
puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva
de una persona en la realidad que afecta a otra.
Qué grande la Wikipedia, me encanta
como empieza…. “no debe confundirse con simpatía”, ¡desde luego que no!
La cara que se tiene, (al recibir
visitas) tras horas de espera para dar a luz es de todo menos simpática, os lo
aseguro. Por mucho que seas Mamá Dócil y
hayas tenido una parto por tos Y/o estornudo.
Pero a lo que iba, tras leer muchos artículos
referidos a este tema y escuchar tantas y tantas anécdotas, saco la conclusión
de qué: por un lado, no apelo al radicalismo extremo de Mamá Dictadora (que no venga ni Dios) pero sí, al sentido común.
Con esto, me refiero a que con
preguntar se solucionarían muchas cosas, (bueno, con preguntar, entender,
acordarse, sopesar, pensar en el otro, etc.) al menos en los primeros días de
papá y mamá “L”. Ya que, hay veces que es mejor visitar en casa que en el
hospital (y es que no hay ámbito más hostil e incómodo, además de cómo están
los recientes padres en esos momentos de resaca emocional, que lo primero que
hay que hacer es ubicarse).
Porque ya puedes haber tenido un
parto por estornudo, que os aseguro al menos, las 5 (50) primeras horas, os
apetecerá descansar (roncar a pierna suelta y os acordaréis de cuantas horas
habéis perdido PARA SIEMPRE de sueño cuando lucíais una hermosa barriguita).
Así que: DORMID TODO Y MÁS ANTES DEL ESTRENO.
Un dato que resulta muy eficaz para
atender a todo esto del sentido común y la empatía, es conocer cómo son los
recientes (locos perdidos) papá y mamá. Si les gustan las visitas, si les
apetecerán bombones o flores (o kilos de jamón, pero del bueno, eh! Ome por
favó! miserias no!), si preferirán una hora u otra (para que no venga todo el
mundo de golpe a quedarse horas), si
necesitan algo de fuera (y no precisamente más gente), etc.
También podemos tener el apartado de
“señoras/es que…”, ya que hay determinadas visitas que vienen a poner en orden
la habitación (tipo señora de la limpieza), abrir ventanas (tipo "señora
agorafóbica"), a coser (tipo "señora Penélope", mujer de Ulises que tejía y destejía una colcha esperándolo), a educarte como reciente mamá
(tipo "señoras matronas"), a conocerte (tipo "señora tengo una carta para tí")…
mucho cuidado con todo este tipo de “señoras que”, aunque no lo creáis están
ahí, y cuando menos os lo esperáis aparecen.
Y que deciros de las innumerables visitas médicas, que esas necesitan un post enterito para ellas solas, porque... ¡Tienen el don de la oportunidad! (no todas pero una gran mayoría sí, no me contaréis que no han venido a tomaros la tensión cuando estaba la habitación a tope)
Y no, no es que hayamos tenido un
bicho y no un niño (cómo he llegado a escuchar, creedme, palabra de Mamá De ley), simplemente que somos
futuras mamás luchadoras que pretenden sacar a sus crías adelante con la mejor
de las sonrisas, los más grandes errores cometidos por nosotras mismas, los
platos sucios, los pelos sin arreglar (y ya de las uñas de los pies no hablo),
pero requetefelices de la vida de haberlo logrado.
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